La lencería es el elemento más importante de nuestro armario. No solo se trata de prendas funcionales, sino también de piezas que nos hacen sentir cómodas, seguras y atractivas. Sin embargo, al ser confeccionadas con tejidos delicados como encajes, seda o microfibras, requieren un cuidado especial para que se mantengan en perfecto estado durante más tiempo. En este artículo te explicamos cómo lavar lencería de manera correcta, con consejos prácticos que te ayudarán a conservar la belleza y la forma de tus prendas más preciadas.
¿Por qué es importante cuidar la lencería?
Antes de adentrarnos en el proceso de lavado, es fundamental entender por qué las prendas íntimas necesitan un cuidado específico. Las fibras que componen la mayoría de las piezas de lencería son delicadas, y un mal manejo durante el lavado puede causar desgastes, deformaciones o pérdida de elasticidad.
Además, las prendas íntimas están en contacto directo con nuestra piel, lo que significa que deben mantenerse limpias y en buen estado para evitar irritaciones o incomodidades. Lavar tu lencería de manera incorrecta puede reducir su vida útil, hacer que pierda su suavidad o incluso provocar que los colores se desvanezcan más rápido de lo esperado.
¿Cómo lavar tu lencería?
Paso 1: Lee las etiquetas de cuidado
El primer paso para cuidar adecuadamente tu lencería es revisar las etiquetas que vienen en cada prenda. Estas etiquetas te indicarán la forma ideal de lavado, si la prenda debe ser lavada a mano o en la lavadora, la temperatura del agua recomendada y si se puede o no secar en secadora. Prestar atención a estas recomendaciones, es crucial para garantizar que tus prendas se mantengan en buenas condiciones. Entre las etiquetas más comunes podemos encontrar las siguientes indicaciones:
- - Lavado a mano: Es lo más recomendable para la mayoría de prendas de lencería, sobre todo aquellas con encajes delicados.
- - Temperatura de agua: Algunas prendas permiten agua tibia, pero otras requieren agua fría para evitar el encogimiento o la pérdida de elasticidad.
- - Secado: El secado al aire es lo más adecuado para la lencería. El calor de la secadora puede debilitar las fibras elásticas.
Paso 2: Separar la lencería por colores y tipos de tejido
Para evitar que los colores se mezclen y se transfieran entre sí, es esencial que separes tu lencería en función de su color. La regla general es separar en tres grupos:
- - Lencería blanca: Las prendas de color blanco deben lavarse por separado para evitar que adquieran tonos grisáceos o amarillentos.
- - Lencería de colores claros: Los tonos pastel o colores suaves también deben lavarse juntos.
- - Lencería de colores oscuros o intensos: Colores como el negro, el rojo o el azul marino tienden a desteñir, por lo que deben lavarse aparte.
Además de separar por colores, es recomendable agrupar la lencería por tipo de tejido. Por ejemplo, las prendas de encaje o seda requieren un lavado más suave que aquellas de algodón o microfibras.
Paso 3: Lavado a mano: la mejor opción para lencería delicada
El lavado a mano es, sin duda, la opción más segura para la mayoría de las prendas de lencería. A continuación te explicamos cómo hacerlo paso a paso:
Materiales necesarios:
- - Un detergente suave para ropa delicada.
- - Un recipiente o lavabo limpio.
- - Agua fría o tibia, según las indicaciones de la etiqueta.
Pasos para lavar a mano:
- Llena el recipiente con agua: Asegúrate de que el agua esté a la temperatura adecuada (generalmente fría o tibia).
- Añade detergente: Agrega una pequeña cantidad de detergente suave al agua. Evita usar detergentes fuertes o con fragancias intensas que puedan dañar las fibras.
- Remoja las prendas: Coloca tu lencería en el agua y deja que se remoje durante unos minutos. Esto ayudará a aflojar la suciedad sin necesidad de frotar con fuerza.
- Lava suavemente: Frota suavemente las zonas más sucias, como el área de las axilas o entrepierna, usando tus manos.
- Aclara con agua fría: Una vez que las prendas estén limpias, acláralas con agua fría hasta eliminar todo rastro de detergente.
- Quita el exceso de agua: Evita torcer la lencería para no deformarla. En lugar de eso, presiona suavemente para eliminar el exceso de agua o colócala entre dos toallas para que absorban la humedad.
Paso 4: Lavado en lavadora: cómo hacerlo correctamente
Si no tienes tiempo para lavar a mano o la etiqueta indica que la prenda se puede lavar a máquina, sigue estos pasos para minimizar el riesgo de daños:
Materiales necesarios:
- - Una bolsa de lavado para prendas delicadas.
- - Detergente suave.
- - Lavadora con opción de ciclo suave o para ropa delicada.
Pasos para lavar en lavadora:
- Coloca la lencería en una bolsa de lavado: Esto protegerá las prendas de los movimientos bruscos de la lavadora. Si no tienes una bolsa de lavado, puedes usar una funda de almohada.
- Usa el ciclo delicado: Elige el programa de lavado más suave de tu lavadora y selecciona agua fría para evitar que las prendas se deformen o encojan.
- Añade detergente suave: Usa una cantidad pequeña de detergente para evitar residuos en las telas delicadas.
- Evita el suavizante: Los suavizantes de telas pueden dañar las fibras elásticas de la lencería. Si quieres que tus prendas queden más suaves, puedes añadir un poco de vinagre blanco durante el ciclo de aclarado.
Paso 5: El secado: un paso crucial
El secado es uno de los pasos más importantes para conservar la lencería en buen estado. Aquí te damos algunos consejos para secar tus prendas correctamente:
- - No uses secadora: El calor puede dañar las fibras elásticas y hacer que tu lencería pierda forma. En su lugar, extiende las prendas sobre una toalla o cuélgalas en un lugar ventilado, evitando la exposición directa al sol.
- - Seca en horizontal: Para las prendas más delicadas, como los sujetadores de encaje o seda, es mejor secarlas en posición horizontal sobre una toalla. Esto evitará que se deformen.
- - Evita colgar de los tirantes: Colgar los sujetadores de los tirantes puede hacer que pierdan elasticidad. En su lugar, coloca la prenda en una superficie plana.
Paso 6: Almacenamiento adecuado
Una vez que tu lencería esté limpia y seca, es importante guardarla correctamente para evitar que se deforme o se dañe. Aquí te dejamos algunos consejos de almacenamiento:
- - Dóblala con cuidado: Para los sujetadores, lo mejor es doblarlos por la mitad, encajando una copa dentro de la otra, para que no pierdan su forma.
- - Usa separadores: Si tienes cajones dedicados a la lencería, utiliza separadores para mantener todo en orden y evitar que las prendas se enreden.
- - Guárdala en un lugar fresco y seco: Evita guardar tu lencería en lugares húmedos o donde haya calor excesivo, ya que esto puede afectar los tejidos.
Consejos extra para mantener la lencería como nueva
- Rotación frecuente: Para prolongar la vida de tu lencería, evita usar las mismas prendas con demasiada frecuencia. De esta manera, las fibras tendrán tiempo para recuperar su forma y elasticidad.
- Cuidado con los aros: Los sujetadores con aros deben tratarse con especial cuidado. Si ves que el aro comienza a asomar, es mejor arreglarlo o reemplazarlo.
- Evita el contacto con productos cosméticos: El uso de perfumes, cremas o aceites puede manchar o dañar la lencería. Asegúrate de que tu piel esté completamente seca antes de vestirte.
Lavar lencería no tiene por qué ser complicado si sigues estos pasos y recomendaciones.
Mantener estas prendas en buen estado te permitirá disfrutar de su comodidad y belleza durante mucho más tiempo.
¡Dale a tu lencería el cuidado que se merece y nota la diferencia!
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